Según el Feng Shui, desprenden buena energía. Si se colocan en el baño se evita que la prosperidad nos abandone. Relajan al aportar al ambiente un toque de color rosado y luz suave que invita a la relajación. Mejoran la calidad del sueño al eliminar las ondas electromagnéticas del aire.
El feng shui busca la manera de integrar los cinco elementos en un espacio para que trabajen colectivamente para traer armonía, por tanto, el colocar una lámpara sal de Himalaya en lugares donde se necesita la energía positiva, como, por ejemplo, entradas, dormitorios, cocinas y baños.
Uno de los lugares populares para una lámpara de sal del Himalaya es el dormitorio. Las partículas impuras, como los alérgenos, las bacterias y los mohos, se mueven constantemente por toda la casa a través de la humedad del aire. Se cree que el cristal de sal atrae la humedad, junto con las partículas adheridas.
Las lámparas de sal atraen moléculas de agua del ambiente circundante y luego absorben esas moléculas en el cristal de sal.
Se supone que las lámparas de cristal de sal evaporan cualquier humedad de su superficie. Si esta no se evapora correctamente, puede empezar a gotear y parecer que se derrite. La bombilla debe hacer que la lámpara se sienta tibia al tacto, pero nunca caliente.
Si por la noche no puedes dormir con una luz encendida, es suficiente que mantengas la lámpara de sal encendida durante todo el día y por la noche justo antes de acostarte la apagues. También puede ser una lámpara quitamiedos fantástica para los niños/as.
Para limpiar tu lámpara de sal lo mejor es coger un paño húmedo y frotarla suavemente. Hay que mantenerla limpia de polvo y puesto que absorbe las partículas conviene limpiarla más de vez en cuando. Utiliza un paño delicado humedecido con agua tibia pero no demasiado empapado.
Para finalizar las piedras de sal son un buen método de protección, estabilización y equilibrio. A nivel sentimental o en referencia a la energía, las piedras de sal ayudan a abrir el corazón y a limpiar nuestro plano energético.
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